¿Qué tal si te dijéramos que dedicar solo 25 minutos al día a hacer ejercicio físico, puede marcar una gran diferencia en tu función cognitiva y memoria, incluso en personas sedentarias?
A partir de los 40 a 45 años, se empieza a observar déficits de memoria en personas sanas y aún más, en población en proceso de envejecimiento. Por eso, si aún no tienes esa edad, es clave prevenir y si estás en ese rango etáreo, ¡es hora de empezar a moverte!
La ciencia ha demostrado que hacer deporte no solo beneficia tu salud física, sino que también impulsa tu capacidad mental, evitando el deterioro cognitivo y mejorando la memoria espacial, especialmente cuando se trata de recordar información y mantener una mente ágil.
Aquí te contamos cómo este hábito puede transformar tu vida de forma sorprendente.
Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo libera una serie de sustancias químicas llamadas neurotrofinas -BDNF por sus siglas en inglés-. Estas neurotrofinas juegan un papel crucial en el crecimiento, la supervivencia y el mantenimiento de las células cerebrales, especialmente en áreas claves para la memoria y el aprendizaje, como el hipocampo.
Al aumentar los niveles de BDNF, el ejercicio promueve la formación de nuevas conexiones neuronales y mejora la plasticidad cerebral, lo que se traduce en una memoria más aguda y un pensamiento más claro.
Incluso una sesión corta de ejercicio, como una caminata rápida, un entrenamiento HIIT o una clase de zumba, pueden estimular la producción de BDNF y desencadenar beneficios para la memoria.
Estudios han demostrado que con tan solo 25 minutos de ejercicio diario pueden mejorar la función cognitiva y la memoria a corto plazo. Este periodo es accesible para la mayoría de las personas y puede integrarse fácilmente a la rutina diaria.
Además de ser beneficioso para tu memoria, el ejercicio regular tiene cientos de beneficios no solo para tu salud física, sino que también para la salud mental. Entre ellos se incluye la reducción del estrés y la ansiedad, el aumento de la energía y la resistencia, la mejora del estado de ánimo y la calidad del sueño, y la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Ya sea que prefieras salir a trotar al aire libre, practicar yoga en tu casa o ir al gimnasio, encontrar una actividad física que disfrutes es clave para mantener la constancia. Y combinado con una dieta equilibrada, correcto descanso y manejo adecuado del estrés, podrás potenciar aún más los efectos positivos en tu memoria y bienestar general.
Con tan solo dedicar 25 minutos al día de actividad física, no solo fortalecerás tu cuerpo, sino que también potenciará tu mente, mejorando tu memoria y capacidad cognitiva. ¡Así que bienvenido movimiento!