¿Alguna vez has oído hablar del grounding o earthing? Por su nombre pareciera ser una práctica rebuscada, pero no es nada más ni nada menos que caminar descalzo, para cargar “pilas”. Sí, así como lo lees.
Esta tendencia mundial que cada día genera más adeptos se basa en que somos seres eléctricos y nuestra base de recarga es la tierra. Es decir, nuestro organismo se carga con la energía de la tierra a través de la simple práctica de caminar descalzos sobre el pasto, la arena o la tierra, para así entrar en contacto con la energía de la tierra a través de nuestros pies.
El grounding se sustenta en la bioenergética y para los expertos de esa área, las personas actuamos como antenas; siendo capaces de emitir y captar energía. Una explicación más sencilla aún es que la mayoría de nuestros procesos biológicos, y la información entre las células de nuestro cuerpo se producen también por intercambios de cargas eléctricas. Si no tenemos un equilibrio entre los iones positivos y negativos de nuestro organismo, se pueden desencadenar algunos problemas de salud.
Por ejemplo, si te sientes cansado y con poca energía, esto se puede asociar a una pérdida de electrones, que puede ser causado por muchos factores; como la contaminación del aire, una dieta alta en alimentos ultra procesados, el manejo del estrés, entre otros. Y es en estas situaciones que se recomienda el grounding, porque la tierra está cargada de electrones y al caminar descalzos sobre ésta, los absorbemos. Éstos tienen un potente efecto antioxidante y eliminan los radicales libres de nuestro organismo.
Además, en la planta de los pies existen muchas terminaciones nerviosas y es altamente recomendado por los expertos que éstas estén en contacto directo con el suelo para liberar el estrés. Al igual que los niños, sobre todo cuando sus pies están en desarrollo, hay que potenciar que caminen descalzos no solo para fortalecer la musculatura, sino que también para producir un estímulo agradable, que genera bienestar.
Y aunque no lo hayas pensado, al estar rodeados de dispositivos y conexiones eléctricas, como celulares, computadores, televisores, WIFI, producen falta de electrones en los espacios que habitamos a diario. El estar expuestos constantemente a estos ambientes, desencadenan dolores de cabeza o estómago, también ansiedad, falta de energía, insomnio, entre otras.
Para contrarrestar esto, el grounding o caminar descalzo es una excelente terapia, porque reduce la inflamación, ayuda en los trastornos del sueño, mejora los niveles de tensión arterial, reduce el dolor muscular, mejora el estado de ánimo y aumenta los niveles de energía.
Cuanto más lo practiques, más notarás los beneficios y será más fácil convertirlo en una rutina que, idealmente, debes replicar a diario.
